Siguiendo el hilo del artículo publicado el viernes pasado, hoy os traemos algunas estrategias que podemos poner en práctica para enfrentarnos a un vampiro emocional. ¡Apuntad!
Lo más práctico para hacer frente a un vampiro emocional es evitarlo. Sin embargo, muchas veces se trata de familiares, amigos o compañeros de trabajo, con quienes no queremos o no podemos cortar el contacto sin más. Por eso lo más importante y lo primero que tenemos que hacer es identificar que esa persona es realmente un vampiro emocional (lee el artículo del viernes pasado para conocer cuáles son las características de estas personas). Una vez identificados sus patrones de extracción de energía, podemos delimitar estrategias para evitar caer en sus trampas. No seguirles el juego es fundamental. Es más efectivo tratar de ignorar sus monólogos y no contestar. También es importante saber que estas personas no van a cambiar fácilmente, por lo que no podemos confiar en que dejen de actuar como lo hacen. Sin embargo y, sobre todo si la persona es de confianza, sí debemos hablar con ellos. Explicarles cómo nos hace sentir sus acciones y pedirles que sean más cuidadosos. Por supuesto antes de mantener esta conversación debemos estar preparadas para sus contraargumentaciones y las vueltas que le darán al tema. Como hemos señalado antes: cuando comience a succionarte la energía lo mejor es ignorar.
Los vampiros emocionales no dejan de ser personas, seres queridos. Debemos aceptar que tienen un problema pero sin presionar para que intenten cambiar. Lo mejor es aprender a convivir con ellos. Sin embargo, seguir estos consejos puede significar un primer paso para favorecer su cambio. Y sobre todo, curarnos en salud, ya que si los dejamos estar nos veremos perjudicadas en nuestra propia salud emocional 😄
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