Hoy despedimos la sección de psicología positiva de este blog. Y, para ello, vamos a hablar de un concepto que está adquiriendo mucha importancia en los últimos años: se trata de la meditación.
Se ha demostrado que la meditación ofrece muchos beneficios para las personas que la practican. Las obligaciones, el trabajo, los compromisos... el ritmo de vida que llevamos no nos deja tiempo para nosotras mismas, y la meditación puede ser una buena herramienta tanto para frenar el ritmo y relajarnos como para incluir tiempo para nosotras mismas dentro de la rutina diaria. Gracias a la meditación podemos reflexionar y encontrarnos a nosotras mismas. Existen muchas formas de meditar y es cuestión de tiempo encontrar la que más se adapta a nosotras. Sin embargo, si nunca hemos practicado la meditación, podemos empezar por unas sencillas pautas:
- Es importante utilizar ropa cómoda, que no se ajuste demasiado al cuerpo, y adoptar una buena postura (sentada, con la espalda recta). También es primordial encontrarse en un espacio tranquilo, donde sepamos que no vamos a ser interrumpidas.
- Una vez nos encontremos en un lugar idóneo y bien colocadas, comenzaremos la meditación centrándonos en nuestra respiración: observando cómo entra el aire por nuestros pulmones, cómo nos llena y cómo sale. Es recomendable mantener los ojos cerrados, para lograr una mayor concentración.
- Durante la práctica de meditación nos asaltarán pensamientos y recuerdos que quizá no nos gusten. Es muy importante que no intentemos dejar pasar estos pensamientos y recuerdos. Tomémoslos mientras aparecen en nuestra memoria, observémoslos y entonces sí podremos dejarlos pasar y volver a concentrarnos en la respiración.
